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El Racing mereció más en Montilivi

Llegada del conjunto racinguista a Montilivi. Foto: Arturo Herrera.

Llegada del conjunto racinguista a Montilivi. Foto: Arturo Herrera.

El contexto racinguista

El Racing retornaba a la categoría de plata. La Liga Adelante volvía a contar con el Racing un año después. Tras la machada de los cántabros la temporada anterior y el convulso verano, el balón tomaba otra vez protagonismo. El esférico iba a rodar por Montilivi. El Racing visitaba al Gerona F.C. El técnico asturiano, Paco Fernández, tuvo que reinventar su once, la causa ya la saben, las bajas de Mariano y Koné dejaban al Racing huérfano en la zona de ataque. Además, quedan varios jugadores por incorporarse a la disciplina verdiblanca.

Once inicial del Racing  en Montilivi. Foto: Arturo Herrera

Once inicial del Racing en Montilivi. Foto: Arturo Herrera

El primer once en Segunda

Sin más dilación, pasamos  a tratar la alineación que sacó Paco. En la portería, el de siempre, Mario Fernández, el capitán. Orfila y Saúl ocuparon los laterales, derecho e izquierdo respectivamente. La zona central de la zaga la formarían dos caras nuevas, dos fichajes, Bernardo y Samuel. El eje central de la zona medular estaría regido por Soria y Andreu, dos de los hombres más importantes para Paco, ambos jugaron el partido decisivo contra la UD Llagostera en El Sardinero. Las alas ofensivas iban a ser para Concha (derecha) e Iñaki (izquierda). El hombre de más calidad, David Magic Miguélez, jugaría detrás del delantero, su posición habitual. Por lo tanto, el hombre más adelantado sería Borja Granero, el año pasado en Luanco anotó en su debut. Dicho gol fue fruto de su llegada desde la segunda línea. Esta vez no le íbamos a ver ejecutar ese rol, y es que esta posición es nueva para él, siempre y cuando no recuerdes que, en la séptima jornada del curso anterior, frente a la SD Logroñés, terminó jugando como hombre más adelantado por las mismas causas (expulsión de Koné y lesión de Mariano).

Gerona C.F. contra Racing Santander. Foto: Arturo Herrera.

Gerona C.F. contra Racing Santander. Foto: Arturo Herrera.

La crónica

El partido comenzó con la clásica incógnita, equipos de un mismo perfil y de la misma liga. Ambos con el mismo objetivo, mantener la categoría. El dominio inicial no estaba claro, ambos equipos estaban bien plantados en el terreno de juego. El Racing se plantó pronto en la portería catalana, un potente disparo de Orfila no vio puerta, pero avisó, que no es poco. Era complicado hilvanar jugadas trenzadas y elaboradas. La primera ocasión clara fue para los catalanes, Felipe probó suerte desde la zona de tres cuartos con su pierna izquierda. El disparo iba raso y pegado al poste izquierdo del marco cántabro, Mario tuvo que deslizarse por el césped para evitar el gol.

El Racing se asustó con esa llegada e intentó mantener la posesión en zonas tranquilas. El problema fue que en una de esas posesiones se perdió el balón. Los gerundenses armaron rápido el contraataque. Carrera por la zona central de Felipe y una vez más apareció Mario para salvar a los verdiblancos. El disparo fue duro y algo centrado, el capitán aguantó el envite y consiguió evitar la diana catalana. Lejeune, lateral izquierdo del Gerona, probó varios balones largos a la espalda de la defensa. Algunos de ellos iban con su pierna izquierda, la mala. La buena, la derecha, no tendría piedad con los cántabros. Los dos centrales, Samuel y Bernardo, no se entendieron, ninguno mandaba más que el otro y esa indecisión la aprovechó Felipe. El veloz y potente delantero bajó el balón del cielo catalán dentro del área. Mario era la única opción para evitar la diana gerundense, a punto estuvo de conseguirlo. Pero el rechace le cae a su rival, anota a puerta vacía y la afición albirroja ardía de alegría.

Gerona C.F. contra Racing Santander. Foto: Arturo Herrera.

Gerona C.F. contra Racing Santander. Foto: Arturo Herrera.

Los escasos cántabros que había en el campo, esperaban esquivar la galerna. Con el gol en contra el Racing se tranquilizó y aceleró el proceso de verticalidad. Las posesiones largas tendrían una finalidad, acabar la jugada. Saúl empezó a desmelenarse, doblaba a Iñaki y ambos envolvían el carril izquierdo con sus habilidades. Miguélez aparecía por cualquier lado, tocaba y se movía. Andreu y Soria parecían haberse asentado en la duraba batalla del mediocampo. El Racing estaba empezando a compactarse, a creérselo. Orfila sacó rápido un saque de banda en la parte derecha, Borja Granero recibe el balón y se lo devuelve al asturiano. Éste se zafa de dos contrarios con un espléndido recurso y se la entrega a Borja Granero. El valenciano no lo duda y cuelga el esférico con rosca, el balón describe una parábola y se va cerrando. No entró por poco. Soria acompañó la banana, pero no se cruzaron en un punto medio. Soria sería el protagonista de la siguiente ocasión. Andreu botó una falta con gran precisión, el de Cuenca se eleva y ahora sí impacta con el balón. Su potente remate no vio puerta, pero el Racing empezaba a demostrar lo que quería.

La segunda parte fue del Racing. Paco animó a los suyos. Les hizo creer en sus posibilidades. El Gerona C.F. esperaba en su campo y el Racing se volcaba. Concha presionó mucho en el primer tiempo, pero le quedaba gas para el segundo tramo del encuentro. El que tenía mucho gas era Saúl, la gacela de Vioño, fue el hombre más destacado del Racing. Su rendimiento crecía con el paso de los minutos. Iñaki fue apabullado en varias ocasiones por los rivales, a punto estuvieron de lesionarle. Su zurda no consiguió brillar como otros días, pero lo importante es que no se rindió. Paco quitó a Soria y sacó a Fede San Emeterio. En su primera jugada salió disparado hacia el ataque, Saúl optó por el disparo, pero el balón no cogió la comba deseada.

Miguélez aparecía cada poco tiempo. El Racing necesitaba su mejor versión, por ello no dejó de dar apoyos a sus compañeros. Sus pinceladas de calidad no salieron nítidas en el lienzo de Montilivi. Los gerundenses le frenaban con faltas, eran sabedores de su calidad y por ello reinaban golpes. El colegiado no sabía qué hacer. Es decir, el asturiano recibió cerca de cinco faltas y por un empujón le mostraron la tarjeta que nunca vieron los detractores de su fútbol en el equipo rival. La última del conjunto catalán fue para Lejeune. El Racing tiró mal el fuera de juego y el defensa se plantó solo ante Mario, una vez más apareció el capitán, el salvador. Paco suspiraba. Durán iba a salir por Concha, el gallego no brilló mucho en los minutos que disputó. Concha luchó y presionó, su zurda no consiguió ser determinante, necesita tiempo. En los minutos finales salió Óscar por Bernardo. Habilidoso y con ganas, así habría que definir al joven Óscar. No tuvo mucho tiempo, pero dejó cosas para labrarse un futuro en esto del fútbol. 

Saúl estuvo a punto de plantarse en el área rival gracias a su insistencia e intensidad en los últimos minutos. En dos choques aéreos salió victorioso y avanzó metros. Nadie le acompañó. Iñaki puso el último balón desde la izquierda, el balón se marchó fuera. El Racing dejó de ganar un punto, pero sale con buen sabor de boca, pese a los más críticos y exigentes.

Gerona C.F. contra Racing Santander. Foto: Arturo Herrera.

Gerona C.F. contra Racing Santander. Foto: Arturo Herrera.

Jugador por jugador

Mario: en su línea. Liderando desde atrás y salvando al equipo de sus errores. Su voz y sus movimientos fueron claves la temporada anterior. Ha madurado mucho como portero e icono del club. Sus manos serán un año más relevantes para el devenir del Racing para conseguir la permanencia. Sus actuaciones ante Felipe y Lejeune le hicieron ser uno de los jugadores del Racing con una mayor puntuación.

Orfila: reconvertido a central, terminó saliendo como lateral, su posición natural. El asturiano está muy en forma, posee una mayor masa muscular que el año anterior. En el cuerpo a cuerpo es único y demostró sus aptitudes en ataque. Su disparo al inicio merecía el gol. No descarten su vuelta al centro de la zaga. Quién sabe si Juanpe volverá a ser su pareja de baile. La que dio solidez y empaque a la defensa.

Bernardo: su altura es un plus, pero sus nervios han de ser gélidos. Se le vio algo perdido, es su primer partido oficial con el Racing y tiene que adaptarse. A lo largo de la temporada cogerá más confianza y por supuesto, un mayor conocimiento de las habilidades de sus compañeros.

Samuel: volvía al club de sus amores, el Racing. Se fue siendo un joven defensa, hoy es un veterano zaguero de Segunda División. La gente espera mucho de él. Debutó junto a Bernardo, nadie sabe si será su compañero siempre o sólo jugaron juntos por la falta de efectivos. Muchos destacan su salida de balón, su desplazamiento en largo y su ganancia táctica. No lo hizo mal, pero, repito, se espera más de él. Seguro que alcanza las cotas esperadas.

Saúl: en su debut, en Luanco dije: “Saúl fue una grata sorpresa para los aficionados verdiblancos. Se dejó ver en ataque y en defensa estuvo fino y elegante”. Un año más tarde y con varios partidos a sus espaldas, podemos hablar de uno de los mejores laterales que ha vestido esta camiseta. Todo esto sin menospreciar a nadie, y sabiendo el margen de mejora que tiene. Junto a Mario fue uno de los más destacados. Encara, recorta, centra, roba, lucha y encima recorre metros y metros. Ocupa mucho campo, la evolución de la gacela de Vioño sigue su curso. Confíen.

Soria: el segundo máximo goleador del Racing en 2ªB. Un central con alma de delantero y con la casta del clásico cinco. Es básico en el once racinguista, aporta muchas cosas. Serenidad en la medular, cortes necesarios y goles, aunque en Gerona no tuvo la suerte deseada. Lo intentó por activa y por pasiva, su llegada rompe cualquier esquema defensivo rival. Además, fue clave, ya que sacó un balón que se paseaba por la portería cántabra, Mario ya estaba batido. El año pasado empezó a ser importante por sus goles y por su presencia en el mediocampo. Tiene tiempo para demostrar su nivel y todos confían en él.

Andreu: la clase, el toque, la pausa y el orden. Su figura fue creciendo con el paso de los minutos. Le vimos con confianza, sereno y con ganas. Cuando el equipo se volcó a por el empate, él fue la referencia en la que apoyarse, estaba cerca del círculo central, y así con él se podría cambiar el rumbo de la jugada. A uno o dos toques es de lo mejor de la categoría. Además, conserva su gran golpeo para templar balones picados y eso con Mariano y Koné son goles.

Concha: llamado a ser la estrella racinguista de aquí a cinco años. La última perla cántabra de Bezana. Su prodigiosa zurda sigue siendo igual de poderosa. En Montilivi vimos un David Concha más trabajador, más aseado tácticamente y con muchas ganas de presionar y de demostrar su valía. Su familia estaba en la grada y no paró quieto. Los kilómetros de sus familiares merecieron la pena. En El Sardinero estará más cómodo y nos dejará detalles de óptima fantasía. Confíen.

Miguélez: la visión de juego y la técnica. Toco y me voy, te la enseño y me giro. Así es Magic Miguélez, la fantasía asturiana del Racing. Estuvo en su línea dorada, pero los rivales no le dejaban moverse. No había muchos espacios pero él los hallaba. El equipo estaba condenado a entrar por una banda y el diseccionaba el campo. Oxigenaba a sus compañeros con sus talentosos e imaginativos desplazamientos. Le da lo mismo el interior, el exterior o una dejada con el cuadríceps. Es único y es talento puro. Vino a ascender al Racing y lo consiguió. Su ilusión es colgar las botas en Primera y con el Racing. Créanme, lo hará.

Iñaki: poco sabíamos de él a estas alturas del año pasado. Hoy conocemos su juego perfectamente. Una zurda con mucha clase, capaz de poner el balón donde quiera y como quiera. Como lateral es bueno, pero como extremo es mejor. Su velocidad es una de las bases de su éxito el año pasado. Su toque el complemento perfecto para esa larga carrera. Le dieron demasiados hachazos y eso mermó su rendimiento, aun así no se escondió.

Borja Granero: el titán valenciano estuvo a la altura. Se ciñó al guion de Paco, el director. Del falso nueve, al falso seis. Sus movimientos eran muy coherentes, sabe lo que tiene que hacer y lo ejecuta de la mejor manera. Su posición es la mediocentro, lo sabemos todos y su potencia desde atrás aportará mucho. Pese a ser un parche en Montilivi supo bregar con los centrales. Dejar balones de espaldas, actuar con su cuerpo y romper la maraña defensiva del conjunto catalán. Hace un año marcó y a punto estuvo en algún momento de emular el cañón que sacó en Luanco. Su eterno movimiento y su altura son los mejores aliados de este espigado jugador. Es un comodín y sabe jugar donde le pongas. Volverá a triunfar de verdiblanco en una categoría más.

Fede San Emeterio: está llamado a ser un hombre importante en el club. Salió por Soria, no se amoldó al encuentro como le habría gustado, pero ojo, es joven y parece un veterano. Corrió mucho, organizó e incluso buscó un gol antológico de cabeza, el balón no cogió la trayectoria que quería. Debutó en Segunda con mucho coraje y saber estar. Le queda un largo camino por recorrer. Esperemos que, junto a su homónimo Borja, vistan de verdiblanco durante una década, son el futuro y lo sabéis.

Rubén Durán: pocos minutos para un jugador que necesita estar dentro del campo para saber su rol. Un mediapunta, un extremo y un futbolista con una admirable técnica. Le faltó tiempo para poder poner un balón en condiciones o encontrarse un barullo en el área. No es delantero, pero posee mucho gol, es el clásico oportunista. Fue él quien templó el córner que dio el ascenso. Es de esos jugadores que está tocado por las estrellas. Volverá a ser importante.

Óscar: joven y con ganas. Amigo y compañero de Saúl desde los inicios de ambos. Tiene electricidad, desparpajo e incómoda a las defensas. Debutó en Segunda, en Montilivi, y no será la última vez que le veamos por muchos fichajes que lleguen. En sus ojos hay ganas de triunfar y en sus botas fantasiosos destellos, salió poco tiempo, pero lo aprovechó.

Arturo Herrera-@Footballfantas3-@arti8herdi2



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