Football Fantasy

Autocontrol racinguista en el infierno navarro

Los de Paco Fernández caminan por la frondosa senda del triunfo. Después de los primeros envites, donde la suerte jamás sonrió a los cántabros. Muchos se dedicaron a desestabilizar al elenco con comentarios afilados sin sentido. Los clavos en forma de crítica hirieron y mucho. Además, el juego no decepcionaba y en muchas ocasiones merecieron más, pero esto es fútbol. Las grandes gestas se realizan con heridas de guerra, con pasados difíciles. No nos sorprende, estamos acostumbrados, pero si confías en ellos, lo tienes claro. Después de dos jornadas consecutivas puntuando, ante el Osasuna se intentaría dar un nuevo golpe sobre la mesa. El once utilizado por el técnico asturiano fue el mismo que reventó el arco de Sotres.

Saúl entrando a Butarque. Foto: Arturo Herrera.

Saúl entrando a Butarque. Foto: Arturo Herrera.

El encuentro comenzó con ambos equipos pausados. Clásica toma de contacto. El Racing se asomaría con algunas llegadas de Koné. El Osasuna intentaría sacar de quicio al africano con la ayuda de su afición. Mientras buscaban ese momento, y antes de los disparos de Koné, se entretenían intimidando a Mario. La primera intervención del capitán demostró lo enchufado que estaba. Centro raso desde la parte derecha e interviene con su intensa brazada para sacarlo de esa zona. La siguiente fue un centro cruzado con rosca, Nino no consiguió enganchar el balón. Fede y Soria empezaron a trabajar, a robar y a defender por todo el campo. Cadamuro, lateral izquierdo rojillo, probó varios disparos con la pelota parada, tuvo poco acierto.

El Racing empezó a avanzar sus líneas. Saúl buscó a Koné, un defensa recogió el esférico y en su despeje se encontró con Iñaki. Mamadou expresa sus intenciones y no se lo piensa dos veces. Estético movimiento con su cuerpo y disparo con la pelota en el aire. El cañón del africano se empezaba a calentar. La réplica de los navarros sería protagonizada por De las Cuevas. El alicantino parte desde la izquierda y dispara desde lejos, ajustando la pelota al poste. La perpleja defensa miró hacia atrás. La mano de Mario había alcanzado ese balón. Un zaguero despejó y Mario se levantó hecho un basilisco.

Los gritos surtieron efecto. El Racing tenía una falta en la zona medular del campo, algo echada a la banda izquierda. Miguélez iba a ser el poderhabiente. El terciopelo de su bota elevaría el balón hasta el cielo pamplonés, después bajaría, Fede se dejó el alma por llegar, pero la pelota fue despejada. Dos de los pilares básicos del Racing esperaban el rechace, a los que más se echó de menos en el inicio, Koné y Juanpe. Ambos realizan el mismo remate a media altura, uno, con la derecha y otro, con la izquierda. El destino del redondo protagonista fue la red. El canario fue el autor del gol. Las dudas eran múltiples, incluso los más fantasiosos hablaban del tiro combinado del serial nipón “Oliver y Benji”.

Las segundas jugadas y la pizarra de Paco. El Racing empezaba a brotar, a creer creciendo. El Osasuna no se asustó, seguía intentándolo. Roberto Torres intentó sorprender a Mario con una falta, no vio puerta. De nuevo, Miguélez tenía una falta en sus botas, ésta estaba más cerca que la anterior. La comba asturiana fue impregnada en el balón y Fede, libre de marca, no encuadra el balón dentro del marco navarro. Se le perdona, se desvive cada partido, lo deja todo en el rectángulo.

El descanso llegó y el Racing volvía a ir por delante en el marcador por cuarta jornada consecutiva. Tras el parón en los vestuarios, el Racing salió con las mismas ganas. Otra vez una falta templada por Magic. Los defensas pamplonicas despejan de aquella manera y Koné empalma un potente zurdazo. Riesgo detiene el balón e intenta sorprender, sus acompañantes no le entienden…Desaprovechan ese contraataque, pero asedian al Racing con cinco ocasiones claras.

La primera, medianamente elaborada, fue realizada por Nino y Cedrick, el mítico delantero de Segunda termina disparando al centro y Mario responde con una seria y dura parada. Antes de las dos de Cadamuro, hubo una serie de rebotes tras una falta lateral, nadie acertó a rematar. El lateral navarro seguía probando, la primera se le va por encima del larguero; la segunda se encuentra con la madera. Borja Granero y Mariano salieron para sumar efectivos en la la zona amplia y defender más adelante. Iván Moreno para coger algo de ritmo. Y es que el Racing ya había marcado el segundo. Idéntica jugada a la del primero.

Otra vez los mismo protagonistas, Miguélez y Juanpe. La pelota estaba parada en una similar zona a la apropiada volea del canario. El astur la templa deliciosamente, Riesgo se acelera y sale a por el balón. Lo golpea y se lo entrega al faro isleño. Juanpe agacha la cabeza y catapulta el esférico hasta los blancos recuadros de tela que algunos llaman mallas. La trayectoria consta de mucho suspense, pero aflora una sensación de alivio en todos los racinguistas cuando cruza la línea. Dos victorias consecutivas. Todavía quedaba tiempo para que Iván Moreno demostrara sus aptitudes y dominios con el cuero. Se presentó con un disparo desde la línea de tres cuartos, ejecutado con la derecha y con el larguero como destino. Tres puntos más para el casillero cántabro y una sonrisa de oreja a oreja, las cosas empiezan a funcionar.

Destacado el papel desempeñado por todo el equipo en líneas generales. El trabajo, la intensidad y el orden defensivo de jugadores como Concha, Iñaki y Koné fue fundamental. La pareja Soria-Fede estás más arcillada. Altísimo nivel en la zaga, Saúl creyéndose su mejoría, un titánico Orfila y un Francis que mejora con el devenir del equipo. Además, la tela mágica de Miguélez, el acierto de Juanpe y las intervenciones salvadoras de Mario.



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