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Análisis de los jugadores del Racing de Santander en Pucela

Mario: paró las que pudo e intentó mantener a su equipo dentro del partido. En el primer gol le dejaron vendido, no pudo hacer nada. En el segundo, tras el descanso, menos aún. El disparo de Óscar Díaz fue directo al arco y el capitán sólo pudo ser un espectador más. En el tercero y último, similar al primero, el delantero entra solo y ejecuta el cabezazo a la perfección. Salvó dos goles gracias a su sangre fría y saber estar. El equipo tiene que defender con más ímpetu, hay un exceso de confianza en la zaga. Muchos piensan: “bueno, si se me va, Mario la parará”. Pese a ser un estupendo arquero, necesita estar rodeado de gente intensa.

Orfila: fue de lo más decente en el apartado defensivo. Poco o nada entraron por su zona, al menos con peligro. El Valladolid abandonó ese sector y se volcó por el perfil derecho. En varias ocasiones intervino en el apartado ofensivo, el problema fue que no tuvo mucha fortuna. Sus centros no encontraron rematador alguno. De momento, parece ser el único que tiene el puesto ganado hasta la recuperación total de Francis. Cuando vuelva el andaluz, le volveremos a ver actuando de central.

Fotografías del Racing de Santander en el José Zorrilla. Foto: Arturo Herrera.

Fotografías del Racing de Santander en el José Zorrilla. Foto: Arturo Herrera.

Samuel: criticado por muchos e idolatrado por otros. El doble rasero de la afición racinguista ha dividido las actuaciones del central cántabro. Algunos acusan su falta de velocidad, otros destacan su buena salida de pelota. El caso es que, en el primer gol y en el tercero, muchos le achacan no salir con fuerza al salto y al choque. Merece un voto de confianza. Está readaptándose al equipo de su tierra. Queda poco para ver su mejor versión. Necesita ritmo y coordinación para alcanzar el nivel deseado.

Juanpe: el káiser canario volvía al centro de la defensa. Ya disputó unos minutos contra el Mirandés, pero, en el doble pivote. No estuvo excesivamente fino. El año pasado sus saltos eran arduamente necesarios para la defensa racinguista. Es posible que, en el primer gol, pudiera o pudiese haber hecho algo más. Pero era la primera vez que coincidía con Samuel. Dos centrales deben de ser homónimos, saber las virtudes y los defectos de su compañero. En varias ocasiones se sumó al ataque, sobre todo a balón parado, el problema fue que no consiguió embalar el balón con su testa. Contra la UD Las Palmas iba a poder demostrar el nivel adquirido el año pasado, pero un golpe en el pómulo no le va a permitir jugar.

Saúl: el canterano se vio superado por la avalancha pucelana en su zona. Lo normal es ver un par de jugadores atacando por una banda, pero en el ala derecho del ataque blanquivioleta se juntaban hasta cuatro. Un extremo, un mediocentro, el mediapunta y el lateral. Las escasas ayudas a la Gacela de Vioño no le permitieron brillar. Además, le vimos pocas veces o ninguna doblar a Iñaki, algo que estaba a la orden del día en los dos encuentros anteriores. Paco decidió quitarle y dejar todo el carril para Iñaki. Saúl no tuvo su día, pero no es justo decir que los tres goles fueron culpa de él. Es un chaval, necesita apoyos, ánimos y sobre todo, gente que se desviva por hacerle mejorar. Seguro que, contra la UD Las Palmas, en El Sardinero, volveremos a ver su mejor versión. Confíen.

Andreu: el clásico organizador, el orden y el arrojo de movimientos danzantes. Para algunos fue el peor del encuentro. Su rendimiento en estas tres primeras jornadas ha sido y sigue siendo una incógnita. En Montilivi cumplió, contra el Mirandés mejoró cuando el equipo estuvo volcado, pero, en Valladolid se vieron sus carencias. Necesita alguien con mucho carácter en la zona medular (esto no es un ataque a Fede). El mediocampo como visitante tiene que estar formado por perros de presa, gente con intensidad y mordiente. Su calidad es un plus, pero hay que saber valorar los pros y los contras. Las razones y los objetivos de un once han de estar perfectamente perfilados, no se puede salir a probar.

Fede San Emeterio: debutó como titular en Segunda División. Ya tuvo unos minutos en Gerona, pero fueron pocos. Aquí, en el Nuevo José Zorrilla pudo anotar dos goles. Su potente físico es un motor que necesita ser cuidado minuciosamente. Hay que medir muy bien su bravura y su calidad. No brilló tanto como se esperaba. Quizás su acompañante no fue el más idóneo para la batalla vallisoletana. Las preguntas son las siguientes: ¿Le veremos encandilar a El Sardinero? ¿Cuál es su complemento perfecto? Él y Andreu fueron dos de los sustituidos, Paco se dio cuenta, pero tardó en corregir su despiste.

Concha: incisivo, fiel a su estilo y a su desborde. Tercer partido como titular y seguramente que, salvo lesión, sea insustituible. Su explosiva velocidad y atrevida naturalidad a la hora de encarar le hacen ser único. Suyo iba a ser el gol racinguista, pero Varas le placó, acción que le costó la expulsión.

Miguélez: el equipo no le nutrió de balones. Estuvo algo perdido en algunas fases del partido. Su fútbol creció cuando el equipo estuvo con un hombre más. Él tenía dos puntas a los que ayudar, más allá de las innumerables llegadas desde la segunda línea. Destacan dos pases tremendamente elegantes, uno a Concha y otro a Durán. Ninguno consiguió ver puerta tras esos pases tan gentiles y decorativos de Magic. Contra la UD le veremos más bizarro e intrépido. Necesitamos la versión más dorada y brillante de su calidad.

Iñaki: nadie sabe por qué, pero no le terminamos de ver hipnotizar a los rivales como el año pasado. Lucha, pelea, sube y baja, pero no le vemos tan cómodo como nos gustaría. Su zurda necesita estar acolchada en el césped para poder desplazar el balón con una mayor destreza. Cogerá soltura con el paso de los partidos y seguro que veremos pronto su atrevimiento. El rumbo de su rosca nos tiene que guiar. Brilló más jugando de lateral que como extremo. Quizá haya que volver al pasado para verle evolucionar. Su técnica y su velocidad son dos de los mayores alardes en sus exhibiciones. Hay que confiar y creer en él.

Mariano: debutaba como titular en Segunda División. Demostró que tiene ganas, que va a luchar todos los balones. El Racing se plantó muchas veces en el área del Valladolid gracias a su presión. Es un batallador, un invasor del área rival. Conquista balones perdidos para crear pánico en las defensas. No le vimos deslizarse por el césped en la presión, es pronto, necesita afianzar la musculatura de su hombro. En más de una ocasión bajó a la zona medular para pelear y demostrar el hambre que tiene. Me recalco, como siempre, su acometida no es sólo el gol. Es un audaz y valeroso delantero. Aporta mucho, si sabes de fútbol valoras su trabajo una barbaridad. Es un soldado que nos dará grandes alegrías, va cogiendo la forma deseada y manifiesta sus habilidades en cada segundo.

Javi Soria: hace poco, me enteré de que es conocido como el Ronaldo de Cuenca. Pese a ser un jugador de corte defensivo. Despliega sus cualidades ofensivas en cada encuentro. Aunque salió de suplente, demostró que es básico, un pilar fundamental. Su lucha en el cuerpo a cuerpo es algo necesario en la zona central. Anotó el penalti y subía como una flecha cada vez que había peligro. Le vimos solicitar varias veces el esférico para poder ejecutarlo con su máquina, con su revólver, ese armamento que posee ligado a su cuello. Es un artilugio que debe explotar más el Racing. Seguro que, contra la UD, vuelve a ser titular junto a Granero.

Durán: se quedó sin jugar contra el Mirandés. Aún no ha sido titular. A ciertas personas no les gusta en banda. Contra el Valladolid salió a su aire, con libertad y eso le vino bien. Aparecía en varios sectores y sorprendía mucho. Pudo marcar un gol con la izquierda, pero se le fue fuera. Le vimos levantar el balón para dejar sin marcajes a algunos de sus compañeros. Además, canalizó el juego en los momentos que el equipo lo requería. Merece salir de inicio, la cuestión es dónde ubicarle. Su polivalencia es una gran virtud, mas hay que saber tantear y computar las señales que requiera el equipo.

Álvaro García: debutaba con el Racing y seguramente, en Segunda División. Puro desequilibrio, pura fantasía. Sus recortes, sus regates y su sinfonía con cambio de marcha van a contribuir. Es el clásico jugador menudo y veloz, con un regate Romariano. Posee una aguja en su pierna izquierda. Está capacitado para resolver un partido con un simple toque, un zarpazo, un tac… Estuvo a punto de anotar, sólo la madera de Julio lo evitó. Desde la parte derecha se atrevió con un disparo seco. En los primeros minutos le vimos desenvolverse en la parte izquierda. Con la expulsión el Racing creció y él también.

 Arturo Herrera-@arti8herdi2-@footballfantas3



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