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Michael Robinson: «Qué injusto es el fútbol, Carlos»

El Racing se dejó tres puntos en su propio feudo. El Sardinero fue testigo de un partido utópico, lleno de despropósitos para los verdiblancos y sobre todo, un encuentro en el que la suerte nunca se alió con los montañeses. Casi veinte disparos, cuatro postes y solamente un gol. Paco Fernández repetía el mismo once que bregó en Montilivi. Un equipo cántabro alegre, con un fútbol vistoso y carismático.

Los primeros compases del partido fueron para el Mirandés, sin miedo alguno al Racing, estaba mejor plantado, mejor posicionado y más tranquilo. El Racing empezaba a triangular con sentido. Pasados los primeros diez minutos, Concha, situado en la banda derecha se asocia con Miguélez, el asturiano se la devuelve con un gran tacón y la joya cántabra envía el balón a Iñaki. Se le hizo tarde al riojano, su disparo rebota en un defensa y la diana racinguista no llega por poco. Mejor fortuna corrió el conjunto de Miranda. Los defensores rompieron el balón hacia el campo cántabro, Saúl se duerme y Jordi Pablo le gana la posición. El extremo burgalés centra, el esférico toca en la mano del delantero, después en su cabeza y más tarde, Bernardo palmea la bola. El árbitro sólo localizó la infracción del defensa cordobés y por ello señala el punto de penalti. Ruper se encargó de adelantar a los rojillos.

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Once inicial del Racing en Montilivi. Foto: Arturo Herrera

Once inicial del Racing en Montilivi. Foto: Arturo Herrera

El Racing contestó, Saúl se envalentonó y subió por su amado carril izquierdo. Centró el balón, Concha lo recibió y lo cedió rápidamente. Samuel golpeó suavemente al esférico con la derecha, su disparo describió una linda parábola y terminó acariciando el poste. Magic Miguélez recoge el rechace, pero no consigue anotar. Razak puso las manos bien prietas.

El Mirandés, aletargado, seguía ciñéndose al documento clásico del fútbol, mantener el resultado, siempre y cuando vayas por delante. El conjunto castellanoleonés se asomó por el marco de Mario después de una falta lateral, Urko Vera fue el protagonista del testarazo.

Saúl continuó su acometida, recorrió metros y se deshizo de sus rivales hasta templar el balón. Granero remata desde el segundo palo picando la pelota. Su estético remate se estrelló en la línea y Caneda salvó el gol, previo paso por el larguero. De nuevo, Miguélez, atento al rechace, pero con idéntico resultado. Segundo poste y buenas sensaciones. El Racing iba perdiendo, pero tenía mucho que decir.

Ahora sí, viene la jugada del partido. El sprint de Concha de cincuenta metros pudo ser el gol del año. Se apoyó en Granero para tener un mayor rebufo, desarmó a cuatro contrincantes y disparó con su pierna izquierda desde dentro el área. Razak tuvo que meter la mano y el balón se fue directo a la parte exterior del poste derecho del portero africano. La afición se lo creía, los jugadores lo intentaban y fusionados, ambos pretendían la remontada.

Antes del descanso y después, el Racing reclamó dos penaltis. El primero, sobre Concha y el segundo, sobre Granero. Aitor y Caneda fueron los infractores. Juanpe salió por Soria al inicio de la segunda parte. El Mirandés sin comerlo ni beberlo se vio con otro gol más a favor. Fallo en los marcajes a la salida de un córner y Caneda conecta con el balón. El Racing no se lo podía creer. Estaban dando una magistral clase de fútbol e iban perdiendo por dos goles.

Paco sacó a la Torre de Benidorm en detrimento de Granero. El delantero salió con muchas ganas y afortunadamente, tuvo suerte. Andreu bota una falta, la despejan, toca en un defensor y Juanpe remata al larguero. El balón sale directo a la cabeza de Mariano y termina tocando la red. Quedaban minutos y las ocasiones iban a seguir llegando. Iván Moreno entró por Concha, el canterano había dejado todo en el prau.

Samuel pudo ser expulsado. El árbitro sólo le mostró la cartulina amarilla, pese a ser el último hombre. Las últimas dos ocasiones fueron para Miguélez. La primera, un disparo desde fuera del área con su mágica pero cansada diestra. La segunda, un cabezazo que entró en la cazuela, el problema fue que estaba en posición ilegal. El Racing no mereció semejante castigo ante los burgaleses. Los de Paco fueron tremendamente superiores, pero, de momento, el casillero sigue igual que al comienzo.



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